Queridos,
queridas me llaman William Shakespeare y de las palabras el genio soy. Pero
empezamos por el principio de mi vida, el nacimiento.
Mi
nacimiento se dio lugar en Stratford-on-Avon (Inglaterra) en el año 1564
después de cristo. Tengo siete hermanos, fruto del amor entre John y Mary, de
los cuales yo soy el tercero hijo y primer ser humano de sexo masculino
descendiente de la pareja. Mi padre John tuvo varios empleos, des de comerciante
de lana, piel y guantes, corredor de fincas hasta administrador del
Ayuntamiento, que nos mantenían a mis hermanos a mi querida madre y a mí.
En mi
niñez, y hablando más concretamente de mi educación, cuando las cosas iban bien
en casa, llegué hasta la escuela secundaria dónde me enseñaron autores latinos
de los cuales me inspiré y gramática, pero no pude seguir en estudios
superiores ya que nos quedamos sin casi dinero. Entonces, a partir de los 13
años trabaje de dependiente en la carnicería de la familia, y tuve que dejar
las aulas. Fue un periodo muy duro para mí, ya que lo que alimentaba mi alma
era el saber, así que para matar el tiempo hacia versos y aprendía cosas por mi
cuenta. En mí esta época oscura, tuve que rivalizar con los más duro bebedores,
pero a los 18 años una chispa de luz asaltó mi camino.
Datamos
del 28 de noviembre de 1582, a mis 18 contraje matrimonio con una bella dama,
Anne Hathway, ocho años mayor que yo, que estaba embarazada de tres meses de
nuestro primer hijo, vamos que de penalti salió la cosa, y nos animamos a tener
dos más. En total, dos mujeres y un barón, Hamnet, que murió a los 11 años. De
nuestro apasionado amor del principio, ya con el casamiento y la muerta de
Hamnet, no nos aveníamos mucho, así que decidí no dejarle demasiada cosa en el
testamento.
Mi
grande época fue en 1592, estaba en Londres trabajando como dramaturgo, a
partir de allí mi carrera como actor despegó hasta convertirme en escritor y
finalmente, en el mejor copropietario de la compañía teatral Lord Chamberlain’s Men, que fue lo más
popular de la época. La compañía alcanzó tal popularidad que, tras la subida al
trono de Jacobo I Stuard, nos pasamos a decirnos King’s Men. Gracias a este éxito, mi economía mejoró, y llegué a
ser uno de los accionistas del teatro, así ayudando económicamente a mi pobre
padre, que le compré un título nobiliario.
Finalmente,
me retiré en 1611 a mi pueblo natal e hice una casa en Stratfford.
Pero…antes
de mi muerte, me apetece hablar de mis obras más famosas y las cuatro etapas.
La
primera está integrada por piezas históricas y comedias ligeras (1590-1594), la
segunda se caracteriza por el perfil histórico de los personajes y su
significación (1595-1600), la tercera aparecen tragedias cómo Hamlet y Romeo y Julieta. Finalmente, la cuarta fue la menos brillante, ya
que fue casi el final de mi vida, pero destacan The Winter’s Tale y The
Tempest. Seguramente, la que más gente recordará en estos días es Romeo y
Julieta, sin duda mi favorita.
Ahora,
toca hablar de mi peor época, la muerte. La verdad es que morí bastante joven,
con tan solo cincuenta y dos años (23 de abril de 1616). Mis restos fueron
sepultados en la iglesia de mi pueblo natal.
Pero te
quiero contar un secreto, yo no estoy muerto. Las personas morimos en el
momento que nadie nos recuerda, así que yo seguiré vivo por toda la eternidad.
William
Shakespeare, 13 de enero del 2016 – hasta el día que nadie me recuerde. IRENE CASTELLÓN
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